Canadá se convierte en miembro fundador de la OTAN

 Canadá, miembro fundador de la OTAN

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La Organización del Tratado del Atlántico Norte, creada el 4 de abril de 1949, nacida en el contexto de la guerra fría, cuando el orden internacional quedó dividido en dos polos, capitalismo y socialismo, se manejó bajo la premisa de frenar el avance soviético por Europa occidental. Este tratado tuvo como objetivo salvaguardar la libertad y seguridad de todos sus miembros por medios políticos y militares de acuerdo con los principios de la Carta de Naciones Unidas y  reconoce el derecho inmanente de legítima defensa, individual o colectiva en caso de algún ataque armado. Sus integrantes en un principio fueron  Estados Unidos, Canadá, Bélgica, Dinamarca, Francia, Holanda, Islandia, Italia, Luxemburgo, Noruega, el Reino Unido y Portugal.

    La participación de Canadá en el Tratado estuvo guiado por una serie de intereses políticos que iban más allá de preservar la paz en Europa occidental; uno de los intereses especiales de Canadá al ingresar al tratado se debió a que su seguridad nacional se veía intimidada debido al crecimiento de las alianzas anglo-estadounidenses y temían que los perjudicara otro tipo de arreglos militares entre estos países; en ese sentido, unirse sería un instrumento para restringir el creciente unilateralismo militar de Estados Unidos en el continente americano y, así mismo, esto serviría para modificar la posición de Canadá frente la coyuntura militar de la guerra fría.

    En este contexto la opinión pública y la aceptación de la sociedad civil canadiense aceptó la entrada de su país en el tratado militar, ya que, al igual que sus mandatarios, compartían la incertidumbre de un rearme en Europa, que ocasionaría eventualmente su entrada a un nuevo conflicto internacional. 

    Posteriormente el Tratado trajo consigo la adopción de gastos adicionales a los que Canadá tuvo que ceñirse, debido a que las políticas militares inmersas en el tratado necesitaban un ajuste; los países miembros debían invertir una parte de sus ingresos al gasto de Defensa; estos gastos contemplaban una posible intervención y el despliegue de tropas armadas (que pronto se harían presente en la guerra de Corea en 1951). Para 1970, el gasto de defensa canadiense ascendía a 2.4 millones de dólares. Este gasto contribuyó a que Canadá modificara su política exterior y la defensa nacional, dotándole de un poder especial en el continente, que compensaba el poder hegemónico estadounidense, y tras el cuál, se abriría a nuevas perspectivas de desarrollo adicional de relaciones internacionales pacíficas y amistosas, fortaleciendo sus instituciones libres, proporcionando un mejor entendimiento de los principios de  estabilidad y bienestar que, en gran parte, estos serían los pilares de la política exterior canadiense.

 


Bibliografía

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Rosas, María Cristina. «Canadá y la geopolítica de América del Norte en los noventa.» Comercio exterior, 1994: 102-110. Recuperado de: http://revistas.bancomext.gob.mx/rce/magazines/356/1/RCE1.pdf.

Rousser, Stéphane. «Amère, Amèriqu. L'OTAN et l'intêret nacional du Canada.» Canadian Defence Quarterly, 1993: 35-42. Recuperado de: http://archives.enap.ca/bibliotheques/2012/09/030314079.pdf.

 


 

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